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Esencia Abalou

UN VALOR ESENCIAL

Explicar qué es la Capoeira puede ser complicado y divertido a partes iguales. Algunas definiciones parecen contradictorias: unas veces es lucha, otras es baile; unas veces es arte marcial, otra es deporte; unas veces es música, instrumentación y otras cultura, tradición o folklore brasileño. Entre los que la practicamos despierta un punto ‘gamberro’, dependiendo de quién es la persona que tengamos delante, ya sea que queramos captar su atención o provocar ambigüedad. Además nuestra definición varía según el momento que vivamos y el tiempo que llevemos practicándola.

 

La cosa cambia cuando nos enfrentamos a la pregunta de los más escépticos: -¿Para qué sirve un arte marcial en el que juegas a dar sin dar, si no hay contacto?-. Enseguida nos aventuramos a decir cómo es más difícil no dar, controlando las patadas, que lanzarlas sin más. No obstante, lo esencial es que hay un verla, vivirla y sentirla y que no se puede expresar con palabras. Lo más visual y externo son los saltos, las acrobacias, los ataques y defensas perfectamente sincronizados, enlazados infinitamente, como un diálogo, una partida de póker o de ajedrez entre dos jugadores.

 

 

 

 

 

 

LA ENERGÍA

Cualquiera puede percibir fácilmente una gran energía en torno a la Roda, ese círculo mágico lleno de significado y normas no escritas. Rápidamente a preciamos que va más allá de los golpes, que es un juego de engaños, mostrar respeto por tu oponente y que presenta gran similitud con la vida misma. Con el tiempo, los más veteranos lo convierten en estilo de vida, con sus principios y valores, construyendo una segunda familia. No obstante, lo que no se ve suele ser lo que más importancia tiene para los capoeiristas.

“…cada uno vive la Capoeira a su manera. Una lucha interior constante, un deseo de superarse un mismo y los propios miedos...”
    LAS VIVENCIAS

    Cada uno vive la Capoeira a su manera. Una lucha interior constante, un deseo de superarse uno mismo y los propios miedos, sentir que queda mucho por aprender, abrir la mente, llevarlo al resto de tu vida. El mayor reto de un capoerista es enfrentarse a sí mismo, el esfuerzo por mejorar, la frustración por la lesión, la satisfacción de lograr cosas que ni imaginaste y una continua búsqueda por entender el significado de mil y un aspectos que engloba.

     

    Igualmente se comparte con el grupo. Muchas horas pasadas a entrenar juntos, a comentar sensaciones, golpes y aspectos personales que van más allá. Percibimos la esencia del jugador, sin capas ni convencionalismos, todos somos iguales. Entendemos los enfados y las alegrías, también las debilidades y por qué no los defectos. Compartimos la energía, el crecimiento técnico y espiritual. Hemos evolucionado juntos.

    UN RETO

    Nos hemos retado. Nos gusta saber de los compañeros y cómo viven la Capoeira y de este modo se forjan historias míticas del grupo de lo más variopintas de los viajes a eventos en la playa en coches compartidos, historias personales que encuentran una motivación, una vía de escape; del brasileño que se rencuentra con su cultura, del que lo vio en una exhibición y probó; del que empezó siendo niño o después de los cuarenta por amor, a la qué le dejó el novio y necesitaba algo distinto; el que después de años abandonó y ahora regresa con más fuerza...

     

    Los pelos se ponen de punta, cuando nos observamos en ese Círculo, miradas que desvelan qué va a pasar, lo que tienes que hacer. En definitiva se trata de vivir el momento, la vida con pasión, como cualquiera que es feliz y consciente del instante que está aprovechando y que en Capoeira se vive con ese sentimiento de libertad, ya que extrañamente, incluso quien desconoce que el origen de la Capoeira, es la esclavitud, la primera sensación que se tiene al salir a la Roda es de libertad.

    Por Cristina Martin

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